domingo, 13 de enero de 2019

Susurros sin voz

Entre palabras y gestos, movimientos e interpretaciones la danza sera siempre apreciada por los leones.


Les explico por si no se hacen una idea, Los leones al cazar son muy precavidos, toscos pero inteligentes, las hebras mas que todo, una clara representación de ello esta en la vida diaria de los ciudadanos actuales.

Hablan hasta por los codos, utilizando el arma otorgada para divertirse y calmar la ansiedad de su inquietante, desconocida e insaciable descontento, como excusa para sus marginadas y descoloridas vidas, desdichados y frustrados culpan, señalan y se regocijan en su falso brillo, queriendo olvidar lo opacos que se ven, entre todos hacen una mesa redonda, llenándola de cartas escritas con sangre y selladas con orgullo falso que derrama a gotas sus almas tristes y dolientes, no me puedo quejar de mas ni denigrarlos menos, pues son culpables todos de apoyarse para seguir existiendo, si, quizás ya notaron que esto es un escrito en seco, una voz incansable y quebrada, de corazón agitado y mente serena, en fin... una critica directa y muy expresiva hacia todos esos que a diario se levantan con una mueca, con un rostro derretido por la brisa herviente que la vida les ha soplado una y otra vez, arrollados por un sentimiento enloquecido que pisotea cualquier somnolencia o ganas de poner el pie derecho al bajarse de la cama, sin gana o deseo alguno de conocer la suerte o la virtud las bocales siguen siendo apretadas en un puño para luego ser lanzadas en un abecedario completo sobre la mesa y repartirse esas ganas de ser visto con los ojos llorosos y la frente en alto, no hay cabida para guillotinas en este lugar, la idea principal seguirá siendo subirse alto con escalones falsos, hechos de estiércol y apoyo de algún ser que al igual que tu necesite de esa redención, es como la droga, algunos la usan para crear una sonrisa en su rostro y verse en el espejo, decir que todo esta bien hasta que la mente reinicie todos los actos plagados de miseria en sus vidas, no hay un jurado, ni un ser que dicte sentencia, pues como dije antes todo lo que moldeaste en esas noches reunido con tus compañeros de tragedia se iría por el retrete como lo que es.

No nos pongamos a sacar conclusiones ni a crear historias ante lo que es real, a 4 calles de mi casa vivía un hombre que se comía la mierda que otros defecaban, una vez sin tabú me acerque a el y me deshice del asco, preguntándole el por que de su deseo insaciable hacia esos desechos con mi simple mirada, y note que sin alguien que se la coma no hay alguien que desee defecarla, en ese punto me hice la idea y lo supe, dentro de toda esa basura marrón hay algo de esperanzas rotas, llanto y gritos aguantados, amarrados a un pecho que no se puede abrir y que por miedo o valor no son capaces de abrir por completo.

En fin, el hecho es que no importan cuantas mentiras te digan y no las notes sino cuando te las cuenten, no importa cuanto escuches decir y luego alguien apoye esas esces, no te encargues de destruir esa pequeña o gran mentira, pues tras ella hay un ser que necesita ser escuchado, comprendido y al igual que todos, un poco alabado.

Pero no, después de todo eso no debes ser tu quien apoye esa miserable vida, pues al igual que yo, debes abrir los ojos y buscar quien te comprenda, apoye y ayude a seguir adelante, eso solo si logras abrir los ojos que una vez estuvieron sellados, como lo han estado mis labios desde que nací, los mudos no podemos regocijarnos ni tirarnos sobre un charco de mentiras para sentir el tibio falso querer de alguien.

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