Quisiera que fuera eterno este sentimiento nómada, que se apiada de mi solo en los momentos mas oscuros y solitarios de mis rutinarios días.
Estas cuatro paredes escurren el aroma que recordaré con odio y nostalgia dentro de unos años, el gris plasmado por las palmas de los que se esforzaron y sudaron marcan el sitio, dejando historia incógnita y quizás a la deriva, en busca de alguien que le preste atención a su abstracta y efímera realidad, el olor seco, el aire saturado y la sensación de peso sobre los hombros al pasar largo rato acá son y serán el recuerdo que me hará día a día pisar mas firme para no volver a estar, a veces imagino que estoy en un gran jardín y que las paredes son de vidrio, hasta el techo... que la oscuridad que yace y existe es culpa de los grandes arboles, ramas y enredaderas que crecieron en el lugar, que el olor putrefacto y el aire irrespirable son el aroma de las rosas unidas con las belladonas y otras flores venenosas, venenosas como ella, que me hace dormir pensando en su ser completo y despertar agobiado por tener que protegerla y proteger a los demás de ella, de igual manera he leído que el veneno una vez aplicado y con poca dosis te puede hacer inmune a la siguiente picadura, ya soy inmune a ti, a tú veneno que poco a poco intenta arroparme hasta fundirme con el lugar, haciéndome querer perder el alma y mi espíritu mismo para poder ser igual o peor que vos, tan fuerte es la maldad que nace en los corazones de otros que hace abortar a mi pequeño corazón prematuros restos de odio, impotencia e ira, que triste debe ser su vida al saber que flaquear no es una opción y que con cada intento errado por querer hacerme caer es solo un empujón hacia ese jardín que tanto anhelo, espero pronta respuesta de sus mentes, pues a diario la mía en conjunto con mi alma envían tanta fe hacia vosotros mismos, ustedes hacedores de maldad, creadores de impulsivos intentos de descargar su enojo y marginados pensamientos hacia los demás, que casi la mía, mi propia existencia pierde fe en si misma, ustedes que carecen de confianza, esperanza y lealtad, recuérdenme el día que logren abatirme, pues me marchare con la frente en alto pero con el corazón triste, al saber que no pude hacerlos mejores personas, el día en que me marche por mi propia decisión, recuérdenme como la persona que creo un jardín en su corazón para ustedes a pesar de tanto dolor y falta de pasión.
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